






Gracias, mil gracias. No sólo por darme ayer una fiesta sorpresa de cumpleaños cómo había soñado toda mi vida, ni por hacerlo hecho con todo vuestro corazón, ni por hacerlo a nuestro modo, ni por los regalos perfectos, ni por nuestra noche surrealista correspondiente después. Gracias por hacerme llorar de felicidad, me quedé sin palabras y es algo que no pienso olvidar nunca y por ello os vuelvo a dar las gracias pero ahora, por ser mis amigos, los mejores amigos del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario