viernes, 30 de noviembre de 2012

Quisiste serlo.


Hoy despedimos Noviembre. No sé muy bien por qué siempre tuve un cariño especial a este mes. Quizá sea porque empieza el momento de empezar de verdad el Otoño, ese Otoño tan propio del Romanticismo y con el cual tan identificado me sentí siempre. Esas hojas caer, el frío empieza a calar en los huesos y la gran ciudad se abriga para dar  paso a historias.

Sinceramente ha sido un mes que nunca creí que llegaría a vivir de una forma tan intensa, lo más importante es que he aprendido lecciones que creo que no voy a olvidar nunca. He aprendido a descubrir cosas que había olvidado y he cometido errores que no quiero volver a repetir nunca.
Noviembre, mi Noviembre dulce, has sido un mes fantástico y espero que todo siga tan circular y tan bonito. Porque a pesar de todo, hoy te despido con una sonrisa en la cara y con las mayores ganas de despertar mañana con esta misma felicidad, disfrutar de un nuevo amanecer y disfrutar de los pocos rayos del Sol que esta vida me quiere regalar.  Aún así, disfruto del frío enredándome en su pelo, tomando la vida difícil a su lado a pesar de las discusiones e intentando cada día brindar un poco más.

Gracias Noviembre y gracias a la vida por regalarme estos sentimientos tan bonitos que ahora mismo me hacen sonreír y que sólo con recordar hacen que mis mejillas se sonrojen.


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