Creo que estoy enamorado de la vida. Me gusta todo, lo bueno y lo malo. Me gusta reír hasta acabar llorando y sobre, me gusta llorar hasta acabar riendo. Me gusta pasar momentos sentado, reflexionando sobre mi vida y sobre mi futuro mientras lo escribo todo, pero también me gusta correr y arriesgarme, disfrutar al máximo el presente sin saber en el futuro. Disfruto bailando ballet, con todo el ritual que lleva (maillot,pasos,técnica entre otras cosas) y disfruto bailando lo que sea en cualquier sitio o en una discoteca.
En cuanto a mi vida diaria me gusta que la gente sea puntual cuando yo lo soy y me enfado cuando llegan tarde,en cambio soy muy impuntual, sobre todo por las noches. Me gusta tomar el café frío siempre, sea verano o invierno. Me gusta pasear por la calle y que nadie me conozca, pero también me encanta encontrarme con gente por la calle y hablar con ellos para saber cómo les va la vida. Me gusta estar en mi casa con mi familia, pero hay momentos en los que necesito salir y desconectar poruqe sé que el camino a mi casa siempre me llevará hasta aquí y porque sé que aquí estan mi familia y mis amigos esperándome y esa es una sensanción que no cambiaría por nada del mundo, la de sentirme como un niño cada vez que llego de Madrid y piso la estación de Albacete, me siento como un niño abrazado y es una de las sensaciones más bonitas que conozco y es una sensación que no quiero perder.
¿Sabéis lo que hago mucho últimamente? Me encierro, me encierro en mi habitación y pienso. Pienso en todo, en lo que me gusta y en lo que no, y acabo dónde siempre pensando que la vida me encanta, pensando que me gusta disfrutar de cada detalle, pensando que sólo tengo dieciocho años y que merezco ser feliz y que quiero ser el dueño de mi vida, de mi propia vida, que quiero bailar hasta que se me rompan las piernas y quiero que mi gente esté siempre conmigo, no me importa lo lejos que yo o ellos estén, quiero que estén siempre conmigo y quiero seguir disfrutando y quiero seguir enamorado de la vida junto a ellos, porque no hay nada más bonito que sentir esa sensación, esa sensación de abrazado cálido que espero que pasen los años que pasen siga sintiendo cada vez que, como ahora, escribo esto sentado en el salón de mi casa.
miércoles, 27 de abril de 2011
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