Me gustaría confesar una cosa, más bien me gustaría confesarte una cosa. Últimamente paseo por la calle y miro cada rincón que tú y yo recorrimos. No me gustó nunca la soledad y menos me gusta ahora. Últimamente recorro cada lugar que pisé contigo, recorro cada centímetro de esa ciudad dónde me quisiste y no me hago a la idea de no poder estar aquí, contigo. Me gustaría volver a enarme de tí, pero no sólo eso. Me gustaría que tú también te volvieses a enamorar de mí, me gustaría volver a sentir esa sensación de calor y de cariño, esa sensación que uno tiene cuando está enamorado y cuando siente que la vida es feliz al lado de otra persona.
Siento nostalgia por todos esos momentos, creo que mi mirada va a seguir buscándolos, no sólo aquí también en esta habitación. Cuántos momentos bonitos vivimos y cuántas ganas nos tuvimos, tantas ganas como lágrimas derramé cuando ésto se acabó. Y te tengo que decir que aunque me pese, te echo de menos. Creo que es cómo cuando ves una película y el final no te convence del todo, te deja como una espinita clavada, algo así... Supongo que nunca me gustó la soledad y también supongo que nunca me gustaron los finales tristes. Pero sea como sea, sigo echando de menos esa sensación y sigo echando de menos tus besos, no tanto como antes pero un poco sí será porque no sabemos valorar los pequeños detalles. Los detalles que ahora que no tengo consiguen que a veces pierda la cabeza y siga, insconsciente y lelo buscándote.
lunes, 23 de mayo de 2011
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Nunca hay suficiente tiempo, nunca es suficiente...
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