Están los que llevan amuletos, los que hacen promesas, los que imploran mirando al cielo, y estan los que siguen bailando cuando les tiemblan las piernas, las que siguen luchando cuando todo parece perdido, como si cada vez, fuera la ultima, convencidos de que la vida misma gira sobre un escenario.
Sufren, pero no se quejan, porque saben que el dolor pasa, que el sudor se seca, que el cansancio termina, pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado.

En sus cuerpos hay la misma cantidad de sangre, lo que les hace diferentes es el espiritu, la determinación de alcanzar la cima.
Una cima que no se alcanza superando a los demás, sino superándose a si mismos y brindando un pedacito de alma cada vez que nos subimos al escenario, abriendo el corazón a quienes nos apoyan con sus aplausos y mas que nada compartiendo el amor por la danza para así,lograr un sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario