Ya no hay sitio para dos.

Me da miedo pensar en todo lo que mi boca significó para ti. Me gustaría saber qué piensas de mí ahora y qué será de nosotros dentro de unos años. Cuando pasen por delante de nosotros cientos de trenes, miles de personas y millones de momentos. Buscaré dentro de mí aquel amor, ese que estuvo siempre condenado a decirnos adiós.

Siempre quise buscar tus labios, no tuve valor de necesitar otros. Nunca tuve el valor de enfrentarme a la realidad, prefería perderme en los cuentos de hadas, en nuestro cuento de hadas propio dónde me sentía querido y protegido por ti. Y en estas cuatro paredes te recuerdo. Recuerdo cómo me hacías sentir.

Hasta el fondo, cuando caí hasta el fondo a una velocidad de diez mil kilómetros por segundo, allí estuviste tú para cogerme y levantarme hacia un nuevo horizonte. Me secaste las lágrimas y me devolviste la ilusión. Porque nunca pensé que tú podrías hacer lo que hiciste de mí.

Quizás, ahora me toca volver a perderme en los bares intentando buscar luz en otras miradas, respirar en otras almohadas, buscarte de nuevo en otros cuerpos, echar de menos lo que tuvimos y volver a dar 23 vueltas al mismo terreno y acabar dónde empecé. Pero no pasa nada, porque me siento en paz. En paz contigo, en paz conmigo y en paz por el funeral de nuestro amor, que aunque a veces nos visite en forma de fantasma y creamos que ha resucitado hay cosas que por mucho que queramos no pueden volver, y menos cuando miles de kilómetros se interponen entre nuestros cuerpos.

Y me gustaría decirte que estaré bien cuando no estés aquí conmigo, pero nunca me gustó mentir. Sólo con pensar que nunca más seremos dos, que no volverás a tenerme entre tus brazos, que no me cantarás nunca más, que no habrá más París ni más suspiros conjuntos un escalofrío recorre mi cuerpo. Pero me toca aceptar que es mi momento, el momento dónde tengo que enfrentarme al mundo yo sólo, pero nunca estaré sólo porque sé que estás conmigo y con sólo cerrar los ojos siento ese calor que nunca con nadie he vuelto a sentir, y lo más importante, la sensación de saber que esté dónde esté siempre estaremos unidos, siempre seremos 23.