Odio tener esta jodida y maldita
sensación. A pesar de todo lo que haga, los momentos que intente pasar con
gente, los momentos que intente reír esbozando sonrisas efímeras, por mucho que
intente aparentar que me siento en una absoluta y completa felicidad, mi mundo
se derrumba cada vez que pienso en lo sólo que estoy. Cuando hablo de estar
solo no me refiero a que no tenga a gente que esté a mi lado, todo lo
contrario. Me siento sólo conmigo mismo y siento que me faltan fuerzas parar
afrontar esta maldita realidad, esta maldita realidad del amor.
Siempre creí en el
amor, en que algún día encontraría el amor y por desgracia sigo aquí en busca
de ello. De pequeño, me dijeron que quién menos busca más encuentra y que sólo
podemos perseguir aquello que está a nuestra alcance, aquello que podemos conseguir
por nuestras propias manos, y con el paso del tiempo me queda cada vez más
claro. Qué raro es el amor, yo lo he experimentado en casi todas sus formas y
siempre han acabado igual, siempre he acabado durmiendo sólo. Y no me importa
que sea joven, siempre todo el mundo me dice la misma excusa, cuando veo a
parejas de enamorados ancianos que probablemente se conocieron antes que a sí
mismos, siento una sentimiento de dulzura y a la vez envidia imposible de
explicar y que me encantaría poder compartir con alguien. Me encantaría poder
compartir un trozo de mi pequeño mundo con alguien que me haga sonreír cada
mañana, alguien que cuide de mí y a la vez me haga daño, que me enseñe a ser
más fuerte, a ser puramente yo.
Todos nacimos con
un tendón de Aquiles, sin duda el mío es el amor. Me duele no poder despertarme
alguna mañana con la sensación de saber que alguien piensa en mí, me gustaría
pasar aquella época, volver a enamorarme. Seguí consejos, seguí el consejo de
querer volver a enamorarme y mi vida cambió. Ahora ha vuelto a cambiar y no sé
hasta que punto... La soledad sigue abrazándome cada noche, sigo buscando
alguien en quién pensar y sobre todo, sigo andando por la calle con la
sensación de que estoy sólo, completamente sólo y perdido y que por mucho que
lo intente, la vida no es justa conmigo. Lo prometí, lo prometí con todas mis
fuerzas, quizá algún día consiga volver a hacerlo.
Lo único que me
queda, lo única que me queda es esta maldita vida, esta preciosa y la vez
triste vida que me ha tocado afrontar de la mejor forma posible, creo que ya es
hora de coger las riendas y vencer esos miedos, no puedo aferrarme al pasado y
a esperanzas de algo que quizá nunca me toque vivir. Quizá ese sea el secreto,
quizá me toque aprender a vivir sin miedo, no lo sé. Lo único que sé es que son
las tres de la mañana y no puedo dormir por esta maldita sensación que me ahoga
y que cada noche entra en conflicto directo con mi almohada al ver pasar las
horas en mi despertador sin poder dormir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario