Sé que estás aquí, no te has ido aún, mi mirada inconsciente y lela te sigue buscando por cada rincón, mi alma no quiere olvidarte y mi cabeza enloquece, no entiende por qué pasa esto, por qué no acepto que no volverás, que me toca mirar hacia delante a mí solito, que de momento las historias de amor son sólo para afortunados, que el mundo no me quiere hacer mal y soy yo el que tengo un punto de vista mal...
A veces lloro, a veces lloro tanto que siento que en cualquier momento me voy a ahogar, qué duras son las noches de soledad, qué duro es darse cuenta de que cada segundo era lo más importante, qué duro es sentir todo esto. Cuánto te quise Dios mío, aún miro nuestras fotos y sonrío, sonrío porque me gustaría saber dónde estás, me gustaría contarte mis secretos, me gustaría que me hicieses sentir especial, me gustaría tener la sensación de evasión, que nos evadamos juntos del mundo...Hace tanto que te escribo, tengo tantas cartas en mi cajón que cualquier día estallará, tengo tantos emails guardados que en cualquier momento se borrarán, tengo tantas palabras para tí que no las puedo asimilar todas a la vez.
¿Por qué? Es tan fácil escribirte esto... Es tan fácil soñar cada noche contigo, es tan fácil sentir cada noche que me abrazas, sentir tu calor, oler ese olor, besar otra vez ese beso que a todas horas me dabas... Y es tan difícil sentir la cama vacía, los besos y los sentimientos perdidos, las largas noches mirando la Luna pensando dónde estarás o qué será de ti... Algún día me gustaría romper todas esas cartas, borrar todos los emails y cambiar esas palabras, pero esa querrá decir que los sentimientos han cambiado y no es así, te sigo sintiendo tan cerca como el primer día pero de una forma diferente, porque ahora mismo siento que una flecha me ha traspasado el estómago y sólo quiero gritar, quiero gritar que te sigo queriendo y quiero gritar que vuelvas aquí, que necesito estar contigo....
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