Y cuando parece que el Sol vuelve a brillar y que tu corazón vuelve a latir, como siempre vuelves a ser un iluso. Las esperanzas sin querer se desvanecen y queda esa sensación de insatifascción y de sentirte idiota. Idiota porque ya no puedes hacer nada por cambiar el pasado, idiota por haber regalado y haber intentado conocer a una persona que prefiere otras cosas antes que a tí y duele, duele y mucho.
Pero mañana saldrá el Sol de nuevo y volverá a brillar, la gente se seguirá levantado a trabajar y yo, por mi parte pienso seguir levantándome cada mañana buscando un amanecer al lado de alguien, no me pienso cansar. Y a tí, que te vaya bonito.
jueves, 23 de junio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nunca hay suficiente tiempo, nunca es suficiente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario