Stop.

 En la vida por desgracia existen días como estos. Días en los que todo comienza, comienza despacio y gris hasta acabar convirtiéndose en días rápidos y negros que te han estar en contra de cualquier sentimiento bonito. No sé por qué sera todo así. Soy una tortuga en lo que a conducción se refiere, me gusta vivir así, saboreando el camino y odio la velocidad sumada a las lágrimas. Es horrorosa la sensación de derrota, sobre todo si está reñida con una autoexigencia que no puedo evitar rematada con un exigencia aún mayor de un entorno. 

La perfección no existe, yo no soy perfecto y creo que tampoco tengo por qué serlo. La verdad esque no me gustaría serlo, quiero ser yo y no tener que sentirme mal por no ser perfecto, quiero sentir que todo está bien y que la vida es más bonita, pero la luz cada vez se va apagando más y quizá sea el momento de olvidar, de empezar a enterrarme en mis sueños, de volver a comenzar por mí sólo una vez más.