viernes, 22 de julio de 2016

Superficie.


Cada mañana es una nueva oportunidad para ver las cosas desde una perspectiva absolutamente diferente. No todos los días tienen que ser maravillosos, ni mucho menos terribles. Los sueños, como parte de nuestra rara naturaleza humana, revelan aquello que sentimos más dentro de nosotros. Digo más dentro porque a veces cuando creemos que algo no existe, existe más de lo que podemos imaginar.  No son las heridas de la piel, los rasgos aparentes lo que determinan si hay un rasguño realmente importante, son los pequeños detalles. Esas pequeñas cosas que cantaba Serrat, eso que está dentro de nosotros es lo más puro que podemos tener, aprovechar y sobre todo analizar, para saber si realmente estamos viviendo la vida que siempre quisimos, o simplemente nos hemos dejado llevar por una serie de circunstancias que nos han llegado hasta un punto estático donde poder sobrevivir.

El paso del tiempo, dicen los pesimistas, destruye los sueños. Hubo un tiempo en el que creí en esas palabras pero estoy absolutamente convencido de que no es cierto; los sueños, están adaptados a la edad y no siempre tenemos la misma. Las mismas cosas que nos hacían felices con 5 años no son las que ahora nos alegrarían; sin embargo, sí que todos aquellos momentos que vivimos con esos sueños son los que forman la nostalgia y la nostalgia sí que es algo terrible que debemos mantener. No es malo tener nostalgia, es precioso añorar algo que ya jamás se podrá tener, porque por suerte o por desgracia, el tiempo pasa y a veces nos deja con ganas de más. Con ganas de revivir momentos en lugares y con personas que jamás volverán a estar con nosotros, el planeta Tierra nunca deja de girar y nosotros tampoco. La vida es girar, darle vueltas a la vida una y otra sin saber muy bien donde acabaremos, en especial si el interés interior, el corazón está preparado para vivir experiencias. Por suerte o por desgracia no consigo concebir una vida sin riesgo, sin pasión. Una vida donde no sepa a qué me voy a enfrentar, cuáles serán mis desafíos futuros. Desafíos que pueden unirse a esos sueños, lograr metas y abandonar ese sentimiento destructivo.

En el fondo, estamos hecho de aquellas pequeñas cosas, si. Estamos destruidos y la vez tan unidos que es imposible analizar qué necesitamos; por eso, es necesario poder descansar y cerrar los ojos, asimiliar que no es posible tener todo aquello que soñamos, porque es bonito también saber que debemos luchar por esos sueños porque eso nos hará crecer, no obsesionarse con ser aquello que soñamos, debemos soñar con conseguir ver lo mejor de nosotros delante de un espejo, tener el valor de enfrentar cada día con actitud y ser una de esas personas con las que cualquiera quiere compartir cinco minutos de conversación, un abrazo o simplemente poder sentirse cerca. Aunque nunca sabemos la distancia exacta que debemos tener entre seres humanos, la alegría de poder tener a alguien cerca es suficiente para sentir que puede ser un gran día.


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Nunca hay suficiente tiempo, nunca es suficiente...

¿Te perderías en algún lugar conmigo?

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Pues date prisa en decidirlo o búscame,porque quizá si lo decides demasiado tarde ya estaré tan lejos de aquí que la nostalgia ya estará curtiendo mis heridas...

Amélie

Amélie
Amélie no tenia un hombre en su vida, lo habían intentado pero el resultado nunca había estado a la altura de sus expectativas. En cambio, cultiva el gusto por los pequeños placeres... Hundir la mano en un saco de legumbres, partir el caramelo quemado de la Crema Catalana con la cucharilla y hacer rebotar las piedras en el canal Saint Marthin.

"je vais faire l'amour avec toi"...

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