En las noches de frío, aún siento más frío sin ti. Ando por la calle, fumando y jodido. No tengo remedio, lo sé. Prometí no echarte más de menos, pero a veces cuando paso mucho tiempo sólo no puedo evitar pensar en todo lo que podríamos haber sido. Te hubiese contado todo lo que no le he contado a nadie y estoy seguro de que podría haberte querido como nunca he querido a nadie.
Tú queriendo o sin querer, me evitaste. Me evitaste y eso me duele aún más. El pensar que jugaste conmigo como un niño juega con un juguete que le regalan nuevo. ¿Nuevo? Yo no soy nuevo en esto del amor, pero no aprendo y mira que tropiezo veces con la misma piedra. Me enamoro con una facilidad pasmosa y me desenamoro en infinitas horas perdidas.
Y me jode que tú ahora estés riendo, riendo sin pensar en mí y en este corazón roto. Porque creo que no lo merezco, no merezco estar así simplemente por creer en los amores imposibles, en los paseos dónde no hacen falta palabras o en las noches dónde el amor no se consume. Y en que algún día podría enamorar de alguien que me quiera para algo más que dos o tres besos, o algo más. Y sin duda me siento vacío por dentro y decepcionado, por no aprender que los besos no se regalan y sobre todo, por pensar que algún día podría volver a sentir aquello con sentí una vez, volver a sentir que una persona piensa en ti a cada instante, sin importar el qué dirán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario