Contar hasta diez. Un,dos,tres,cuatro,cinco,seis,siete,ocho,nuevez,diez. Correr, salir corriendo, tener la sensación de que nadie me puede coger por mucho que lo intenten, soy el más rápido del mundo y el mundo es infinito,yo puedo recorrerlo con mis piernas.
No necesito nada más salvo sentir esa sensanción, ser libre. Ser libre y sentirme yo, sentir que me oxigeno, sentirme a mí, sentir que cada sensanción es sana y bonita, que la Tierra gira de forma perfecta y en un momento ideal, que no existen problemas, que lo importante es que hoy soy feliz.
Pararme, respirar y escuchar, escuchar nada. Escuchar silencio, sentirme sólo, sentirme sólo pero a la vez arropado, sentirme querido y sentirme afortunado, sentirme el último superviviente de la Tierra, llegó el momento mío, el momento de ser fuerte y de afrontar los problemas, se acabaron las lágrimas y el esquivar, soy fuerte y puedo conseguir lo que me proponga, ahora lo tengo claro. Sentirme especial, ahora mismo nadie puede decirme nada, nadie sabe ni dónde estoy ni tampoco hay nadie viéndome.
Qué sensación, podría parar el mundo ahora mismo si quisiese, podría capturar mi vida en un instante, en ese instante, porque ahora sí que soy yo, me siento yo y me siento bien, siento que puedo con todos los problemas, puedo volver a ser yo.Pero como todo lo bueno en la vida, se acabó esta sensación,hace frío y está anocheciendo, debo volver a sentirme uno más entre la gente si no quiero que me pase nada malo, aunque hoy me sienta como un superhéroe, no lo soy y no puedo volar hasta mi casa, aunque si cierro los ojos me lo puedo imaginar y rompo a reír, Dios... ¡Cuánto hacía que mi cabecita loca no se imaginaba cosas bonitas que me hiciesen reír!
domingo, 20 de marzo de 2011
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