En esos días, los días tristes. Cuando despiertas y todo está oscuro, no sale el Sol. Y cuando sale, parece que sale tarde y mal porque tienes calor, no piensas que si no hubiese tendrías frío. En esos días dónde vas por la calle andando y notas como de fría es la gente, tú te sientes mal pero a nadie le importa. Te hundes cada vez más.
Notas hasta tus pisadas, pisadas lentas y tardías mientras escuchas canciones que llegas a aborrecer de haberlas escuchado tantas veces. Te sientes pesado, incómodo y sucio. Piensas que si no te gustas a ti mismo es imposible gustar a los demás, pero da igual.
Vuelves a casa, más cansado y con la mente vacía de tanto intentar no pensar en el mal día que llevas y vas a la ducha intentando en vano que el agua se lleve tu dolor interior, pero el agua no hace milagros y te sigues sintiendo así de mal, incluso cada vez peor.
Hasta que llegas a ponerte algo de ropa limpia y escuchas una canción que te parte el corazón y en menos tiempo de lo que esperabas rompes a llorar maldiciendo todo lo que está a tu alrededor, no puedes maldecir a nadie porque te sientes sólo.
Y sientes como tu mente va cayendo cada vez más deprisa y te sientes en el subsuelo, has tocado fondo. Lo importante a veces es pensar que cuando ya has bajado todo lo que tenías que bajar sólo puedes subir, o eso esperas... Y de repente terminas la canción y sientes el fondo del abismo grande y doloroso. Cierras los ojos y duermes, mañana será otro día.
martes, 18 de octubre de 2011
Have you ever feel?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Nunca hay suficiente tiempo, nunca es suficiente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario