¿Nunca te ha pasado? Esa angustia en el pecho. Es raro, es como si pesases cien kilos más por lo menos. A mí a veces me pasa, me suele pasar cuando miro hacia atrás y recuerdo con mucha nostalgia lo bonitas que son las cosas cuando ya han pasado y lo triste que es no valorar esos momentos cuando los estás viviendo, o quizá si los estás valorando pero sin duda, no lo suficiente.
La niñez, la etapa más pura y a la vez más efímera. Descubrir qué eres y lo que quieres ser. Recuerdo con mucha gracia que a mí cuando me preguntaban qué quería ser de mayor yo nunca contestaba, porque no tenía ni idea de qué quería ser. Ahora, con unos cuantos añitos más a la espalda sigo igual, indeciso. Sé que quiero ser muchas cosas, pero siempre creí en que no puedes hacer planes sobre tu futuro, puedes sólo plantearlos porque nunca sabes qué te va a pasar.
Lo que sí que tengo claro es que no entiendo esta angustia. Es como si echase de menos cosas que nunca me han pasado, ¿qué ambicioso verdad? Echar de menos algo que nunca has tenido, resulta hasta absurdo. Yo lo veo una completa irracionalidad la verdad, pero me suele pasar bastante. A veces cuando estoy sólo y pensativo, enciendo un cigarrillo y pienso en cuántas cosas me han pasado y a la vez pienso en las cosas que no me han pasado y que me gustaría que pasasen, pero no para disfrutarlas si no para vivirlas, para saber qué se siente.
La nostalgia, esa palabra me destroza. Creo que no hay cosa peor que sentir nostalgia, sobre todo si son por tiempos pasados. Aún sigo en el empeño de que lo mejor no ha pasado aún, que lo mejor está aún por llegar y por el contrario no puedo dejar de sentir esta sensación por anhelar los recuerdos encerrados aún en un baúl, no en el de los recuerdos. Si no en el baúl del destino, un destino que juega con cada uno de nosotros como si fuésemos fichas de ajedrez y que igual que no tenía claro qué quería ser de pequeño, quizá tampoco tenga claro qué quiero en mi futuro actual. Lo que sí que está claro es que mi personalidad no ha cambiado con el paso de los años. Contradicción pura, no hay mucho más que explicar.
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