martes, 9 de julio de 2013

Es hora de volver a empezar.

A todos nos gusta pensar que somos fuertes. Nos paramos, dejamos de pensar y continuamos viviendo como si la vida tuviera un sentido frío y todo quedase lejano. A todos nos gusta mirarnos en el espejo y sentir que podemos llevar nuestra vida sin problemas, que nada nos puede parar. Y, de repente, la vida te para. De repente la vida de pone delante de aquello que miraste pero no viste, aquello que te hace tanto daño que te quema por dentro. Y te quedas parado, mirando sin saber qué hacer cuando llega esa sensación. Esa sensación que hace que el mundo se derrumbe y dejes de ser fuerte, lloras tanto que crees que no quedarán más lágrimas, pero siempre quedan. Porque siempre quedan lágrimas para llorar de alegría, para volver a ser tú. Porque quizás ser fuerte es precisamente saber derrumbarse en el momento en el que lo necesitas, porque quizás nunca vuelvas a sentirte tan en paz como cuando lloraste aquello que un día tanto te dolió. Por ello, siembra para recoger aunque la tormenta lo haga todo pedazos. Sonríe, despiértate cada mañana con una sonrisa y ganas de demostrarle al mundo quién eres. Fíjate en ti mismo y critícate, busca aquellas cosas que debes mejorar y fomenta aquellas que tienes buenas. No eches de menos a quienes no lo hacen y busca en ti aquello que hace que tu entorno siempre esté dispuesto a hacerte sonreír. Y, sobre todo, confía en ti mismo, confía en que llegarás a conseguir esos sueños, confía en que la vida te dará las oportunidades que deseas, aunque a veces el túnel sea largo. Porque siempre habrá una nueva luz al final de ese túnel, siempre la vida te dará un nuevo amanecer para poder cumplir esos sueños.

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Pues date prisa en decidirlo o búscame,porque quizá si lo decides demasiado tarde ya estaré tan lejos de aquí que la nostalgia ya estará curtiendo mis heridas...

Amélie

Amélie
Amélie no tenia un hombre en su vida, lo habían intentado pero el resultado nunca había estado a la altura de sus expectativas. En cambio, cultiva el gusto por los pequeños placeres... Hundir la mano en un saco de legumbres, partir el caramelo quemado de la Crema Catalana con la cucharilla y hacer rebotar las piedras en el canal Saint Marthin.

"je vais faire l'amour avec toi"...

Más soñadores.