Sinceramente, no sé qué quieres que diga
de todo ésto. He pasado horas, muchas horas, intentando dar una explicación a
toda esta situación y sigo intentando encontrar un rayo de luz para toda esta
oscuridad. Para encontrar un mapa en esta selva de sentimientos perdidos, de
canciones que nunca llegarán a sonar. He llegado a pasar tantas horas que he
visto amanecer en estas cuatro paredes sin entender por qué decidiste hacerme
ésto, por qué fuiste tan sumamente cobarde. Siento tanta rabia dentro de mí que
si pudiese, destrozaría un muro entero a puñetazos y aún así sé que es estúpido
hacerlo porque, a pesar de todo ello, tú nunca volverás y si lo hicieras,
volverías a hacerlo con mentiras. No aguanto más mentiras ni más sentimientos
perdidos, no tengo tiempo parar perderlo ni más ganas de gastarlo en ti.
En el fondo, a veces miro tus fotos y me
quedo pensando en qué hubiese pasado si hubiese actuado como debías, si por una
maldita vez hubieras sido valiente y no hubieras jugado con mis sentimientos.
Si en aquel amanecer hubieras tenido el valor de abandonarme para siempre o
haberme conquistado hasta que los sentimientos que sentíamos se hubiesen
consumido. No entenderé jamás cómo pudiste hacerme sentir hasta ese punto, ese
horrible punto dónde me sentía la persona más humillada y ridícula de este
planeta, cómo pudiste mentirme a la cara una vez después de verme llorar. Una y
otras vez me pregunto si tan poco te importaba para hacerme todo esto y ser
capaz de volver a mentirme y de intentar volver a enredarme en tus redes.
Sólo te digo que sé me costará
más a mí que a ti amanecer hoy y quizás mañana, pero estoy seguro que todas
estas lágrimas y todas estas horas perdidas me harán aprender por muy oscuro
que lo vea todo ahora. Algún día, algún día llegará esa luz que me ayudará y me
guiará el resto de mi vida. Porque sé que por muy feliz que estés ahora mismo,
por muchos polvos que eches en otras camas, sé que me echarás de menos y
llegará un día en el que me pidas perdón de verdad. Porque tú nunca me pediste
perdón de forma sincera, sólo lo hacías para aliviar tu cobardía, para poder
responderme a esos mensajes que yo te mandaba de forma ilusa, y poder ponerme
tu mejor cara. Lo que más me alegra de todo es que fui capaz de controlarme.
Fui capaz de mantenerme lo más entero posible y no me derrumbé delante de ti,
no te di el gusto de sentirte especial, cuando lo único que te define es
cobardía.
De una vez, es hora de levantarme de esta
cama, de dejar de escribir sentimientos ásperos y volver a sentir, porque ya he
dejado pasar demasiadas cosas buenas. Porque las cosas tienen la importancia
que les queremos dar, y tú, cariño, has dejado de importar. Y espero que tu
maravillosa vida que siempre está hecha un lío se deslíe y puedas encontrar
algún día a una persona sin tener que mentirle sobre absolutamente todo. No te
voy a desear que te hagan sufrir lo mismo que tú me has hecho sufrir a mí,
porque sé que lo harán tarde o temprano, porque todos tenemos al final lo que
nos merecemos y lo que hacemos malo en esta vida, siempre nos va a volver. Y
cuando espero que leas ésto, espero que sientas un ardor en el pecho como
siento yo ahora mismo y te sirva de lección, para darte cuenta de lo repugnante
que son las mentiras y el dolor que causan. Lo único que me queda por
decir es que espero que todas aquellas canciones que forman parte de mí sigan
siendo mías, y no tengas la poca vergüenza de intentar hacer soñar con ellas a ese que hoy duerme en tu cama.
Creías que no me acordé de tu cumpleaños.
Por supuesto que me acordé y ya que no te pude dar tu regalo, he decidido hacerte uno nuevo: un concierto. ¿Lees estos sentimientos? Pues han inspirado un concierto, un maravilloso
concierto dónde millones de canciones nueva sonarán. Te dedico muchas de las
mismas mientras espero que te vayas a otra parte, a cualquier otra parte, lejos
de mí porque ya me sé hacer bailar yo solito y no necesito a nadie con quién bailar. Si algún día tengo que ir a Berlín será sin ti, y no tendré que esperar reproches. Espero que si vuelves a verte en un incendio de nieve sea en tu interior cuando ardas por dentro al recordar lo bien que pudiste estar conmigo en medio de un
Invierno frío y si que te canses de algo: de llorar, de llorar por todo lo que
pudiste tener y no tienes. Que si alguien te tiene que dar las buenas noches
sea el amanecer porque no puedas dormir recordando todos los sentimientos que
quisiste compartir conmigo y la canción para terminar sea aquella que te haga
rabiar de dolor y angustia, a la orilla de la chimenea, recordando aquella
marea que tenías delante de ti cuando conseguiste romper mi mundo en pedazos,
cuando conseguiste hacerme llorar tantas lágrimas como gotas de agua formaban
aquel mar.
Hasta nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario