Es extraña la sensación de estar esperando
el futuro sin saber muy bien qué estás esperando. Los colores del Verano,
lentamente, se están apagando y la luz matinal entra de una forma casi exacta a
la velocidad precisa y sin necesidad de tener nada especial. Como cada mañana,
esa luz entra por la ventana, pero cada vez de una forma más suave y tenue,
anunciando el final de los colores, de los pantalones cortos y la alegría. De
las noches en la calle y las sonrisas de madrugada. Empieza otra nueva etapa
que se hace esperar, se hace esperar como los regalos de Navidad para los niños
pequeños, se hace esperar y querer de una forma tan mística y tan querida que,
incluso, llega a asustar.
Escucho susurras mi cabeza entre esta
atmósfera más fresca, esa atmósfera que representa el trance, la época de
transición entre el calor y el momento del frío, de la oscuridad. Ese trance de
luces tenues y colores suaves dónde mi cabeza se pierde mientras piensa en
aquellas cosas que esperan después del mismo, sin saber muy bien si tengo de
empezar a sentir el frío de la gran ciudad, de los sueños y esperanzas que
albergan en aquella maravillosa ciudad y sus calles. Aún así, la tranquilidad y
el amor de este sitio que me acoge desde que nací, hace que mi cabeza entre en
un dualismo de querer y poder, de dualidad absurda y completamente coherente
mientras miro esa luz que se aleja lentamente, mientras veo como los rayos de
Sol tocan mi piel cada vez menos, cada vez más lejos, cada vez más despacio..
No sé qué me espera en el futuro y he de
reconocer que me asusta pensar lo que puede ser y lo que espero que sea, pero
quiero sólo quiero disfrutar de este momento de felicidad que acabará, como
acabará este maravilloso y crudo Verano dónde ha predominado la superación
personal y, por qué no decirlo, el conocerme a mí mismo. Y quizás, sólo me
apetece quedarme aquí, mirando este mundo tan enorme y tan pequeño a la vez,
mientras miro este amanecer y siento que, lo que tenga que ser, vendrá. Me
apetece este rincón y me apetece disfrutar de la suave brisa que hoy
respiro...
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