jueves, 21 de agosto de 2014

Amiga mía.

Desde pequeños, nos enseñan que debemos ir de dos en dos, que las personas no valemos lo suficiente si no hay alguien que nos acompañe en el camino; una persona que esté ahí para buscarnos en un castillo custodiado por un dragón, una persona que nos haga mover cielo y tierra para conseguir darle el beso de amor verdadero y que así la otra pueda despertar del sueño o incluso una persona que sepa buscar dentro de nuestro interior y se enamore realmente de lo que existe dentro de nosotros. Todas esas historias, esos cuentos, son parte de nuestra piel y nos han acompañado en nuestra forma de pensar, actuar e incluso ser. Con el paso de los años, las heridas que crea la rutina y las noches de soledad en la cama hacen que poco a poco aquellas maravillosas historias vayan dando lugar a una negación de las mismas y nos hacen darnos cuenta de que lo realmente importante no es compartir todo con una persona, a veces hay más personas a tu lado de las que realmente crees, ya que hay muchas clases de amor y el amor verdadero no tiene por qué ser el amor de una princesa y un príncipe.

Hace mucho años la conocí, conocí a una de las personas más exquisitas y maravillosas que probablemente el mundo me ha puesto cerca. Silenciosa, observadora y sobre todo inquietante, nunca olvidaré aquellos maravillosos ojos azules que tanto me gustaba observar y que tanto me hicieron soñar. Durante el paso de los años, el tiempo, los números y un sentimiento especial me unieron especialmente a ella, poco a poco nuestros mundos se fueron fusionando hasta crear una imagen encantada de un mundo feliz y paralelo donde a ambos nos encantaba entrar y donde allí sólo existía la felicidad; allí  olvidábamos el dolor de los amores no correspondidos, de las distancias, de los kilómetros que sumaban el echar de menos, del dolor de las pérdidas, de las noches en silencio buscando un hombro donde llorar. Allí, en el aire, creamos un universo dónde sólo ellos podían entrar, un universo de astros y constelaciones maravillosas que siempre nos hicieron sonreír. Poco a poco, ese universo fue bombardeado de la forma más terrible por sucesos de celos, mentiras, llantos y desconfianza creando poco a poco una tragedia que dejó casi sin reservas aquel maravilloso lugar, el cual fue recuperándose poco a poco aunque nunca llegó a ser lo mismo, el dolor de la tragedia seguía marcando aquel lugar, las lágrimas seguían latentes en aquel universo maravilloso que, como todo lo bueno, desapareció.

A veces me pregunto si realmente deberíamos sentir cosas tan profundas y tan maravillosas como aquella. Me pregunto si es bueno para nuestro corazón y nuestra mente sentir ese calor para luego pasar al frío. ¿Ahora dónde irán todos aquellos recuerdos? La verdad es que llevo todo el día intentando buscar un lugar donde colocar aquellas noches que nunca morían, los amigos que tuvimos, los sueños que cosechamos y aquellas historias que sólo nosotros pudimos vivir. Llevo todo el día intentando buscar un sitio y la verdad es que no encuentro un sitio especial donde colocarlo, porque nada me parece lo suficientemente especial. Lo he estado buscando, he estado buscando "allí dónde solíamos gritar" y no oigo gritos, ya no quedan gritos que me lleven al sitio donde poder colocar todo este amor que un día sentí, porque es todo lo que queda de este, ceniza del fuego que un día, supongo, ambos sentimos. Puede que nunca olvide lo muchísimo que te/nos quise/quisimos y lo más importante, puede que nunca encuentre a una persona que con sólo media hora y un café en aquella esquina solitaria de viento fresco consiga hacerme sentir tanto, pero estoy dispuesto a arriesgar. 

Te quiero, te quiero tanto que no pienso volver a quererte a medias porque nada tiene el sentido así. No quiero ni necesito volver a mirarte de reojo, volver a odiarte, volver a tenerte rencor. Necesito quererte como a nadie o nunca volver a saber de ti, sólo en aquellos momentos prudenciales dónde el destino nos deba unir en un mismo sitio y dónde seremos dos astros colocados en un mismo sitio pero en universos diferentes, mirándonos de reojo y pensando en todo lo que vivimos y lo felices que fuimos, aunque quizás el tiempo nos ha demostrado que todo era demasiado perfecto para ser verdad y que aquel amor tan maravilloso no es posible que quede para dos personas, debe extenderse entre el resto de quién nos rodea. De momento, me quedo tranquilo en esta noche, mirando a la estrellas mientras seco mis lágrimas y sonrío pensando en lo maravilloso que fue tenerte conmigo. Qué jodidamente horrible es que la música se refleje en un mismo, qué horriblemente jodido es decirte: "no he vuelto a pensar en ti hasta que he llegado a casa, y ya no he podido dormir como siempre me pasa".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nunca hay suficiente tiempo, nunca es suficiente...

¿Te perderías en algún lugar conmigo?

¿Te perderías en algún lugar conmigo?
Pues date prisa en decidirlo o búscame,porque quizá si lo decides demasiado tarde ya estaré tan lejos de aquí que la nostalgia ya estará curtiendo mis heridas...

Amélie

Amélie
Amélie no tenia un hombre en su vida, lo habían intentado pero el resultado nunca había estado a la altura de sus expectativas. En cambio, cultiva el gusto por los pequeños placeres... Hundir la mano en un saco de legumbres, partir el caramelo quemado de la Crema Catalana con la cucharilla y hacer rebotar las piedras en el canal Saint Marthin.

"je vais faire l'amour avec toi"...

Más soñadores.