Hemos cruzado tantos límites que ya no sé donde está mi orden; he perdido la noción del tiempo y el espacio en este tiempo; un tiempo de decepciones, alegría y a la vez misterio. Misterio de no saber exactamente qué está sucediendo en la pequeña vida de este pequeño ser humano. Algo has hecho, pero todo ha vuelto a tener sentido. Y no sé si serán tus ganas de ver la vida como un barco hacia ninguna parte, la manera que tienes de hacerme sentir tranquilo o tus ganas de creer en mi, pero hay algo nuevo que está surgiendo.
Qué bonito es mirarte. Poder estar juntos en la gran ciudad, haciendo ese tipo de cosas que nadie entiende, que tan poco sentido tienen pero tan felices nos hacen; poder compartir las miradas más tranquilas y las más inquietas; poder tener unos minutos de estar sentados desde una maravillosa vista. Qué bueno poder estar aquí, a tu lado. La gran promesa que hace tantos años me tuve que hacer a mí mismo. Si ahora mismo existiese algo incalculable para mí, sería poder contar las ganas que tengo de continuar en el lado de esta calma, este cariño y esta sensación de paz que siento contigo.
Has roto barreras, has conseguido prender la llama.
Vamos a volver a jugar.
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